Cuando llega la Noche

Vida corriente

Se ha ido el día. Casi que estamos por pasar al siguiente. Nunca te pasó pensar cómo se fueron las horas y te da la impresión que recién te has levantado? Generalmente sucede ésto, cuando en realidad fue un día muy productivo o todo lo contrario...no has hecho nada que en realidad valiera la pena.

Muchas veces los humanos parecemos gatos, si, sí...gatos, has leído bien. Estamos tirados por los rincones de la casa, o dando vueltas por aquí por allá, sin sentido. Algo que a muchos les agrada y que hubiesen deseado serlo: gatos.

Luego nos lamentamos, y nos decimos: "que pena, pero si no he hecho nada de lo que tenía pensado!" Es que tenías planeado hacer algo? pregunto.

Esto resulta de no tener muy en claro, aquello que queremos hacer. Los hombres de hoy en día, vivimos de aquella manera. Exceptuando los que son muy disciplinados, que se rigen por unos hábitos y lo siguen a la perfección.

Ejemplo cotidiano: llamaremos por ponerle un nombre "Sofía": la ama de casa con hijos en edad escolar. Esa que no trabaja fuera, pero tiene un deber que cumplir con su familia, el primero en concreto, con los deberes de "madre". 

Sofía es la primera que se levanta, no importa su cansancio, no importa si tiene alguna dolencia, ella va a por lo que va!. 

Poner en marcha un día más de su vida y la de sus hijos. 

Sofía, es quizás la más sufrida de la familia (en algún sentido) sin dejar de lado al hombre, que también tiene lo suyo. 

Pero volviendo al tema, Sofía, la mamá, es quien se responsabiliza del hogar, aunque hoy por hoy, cuenta mucho con la ayuda de su marido o pareja, cosa que antes no pasaba tanto, ya que vivíamos en un mundo machista. Gracias por cambiar!

Sigamos. Sofía despierta a los chicos, los viste, les lava la cara, los peina y a por el  desayuno. Aunque en el día anterior, dejó por la noche todo listo, revisa por quinta vez que tengan la mochila ok! para el cole. Que no les falte nada, mientras los hijos remoléan con el desayuno. Si tiene tiempo entre una cosa y otra, antes de salir de casa, va preparando algo para avanzar la comida, en este día, dejar las lentejas en remojo. Vive tan de prisa y corriendo las primeras horas del día... Pero no es sólo dejar los niños en el colegio. A su marido sólo lo vio, al abrir la puerta de vuelta a casa. 

Una vez dentro Sofía se encuentra, con lo que te imaginas...todo por hacer!.

Sofía: "Oh Dios mio!, por dónde empiezo?" la misma rutina cada día, siempre lo mismo. Que limpiar lo que se ha ensuciado en la cocina, que hacer las camas, que repasar el baño, que quitar el polvo, que pasar la aspiradora, cristales, y ni hablar si tiene mascotas. Que te voy a decir! Es un sin parar. Todo ello, pero sin descuidar que pronto, pronto llega la hora de la comida. Entre vueltas y vueltas, se han pasado 3 horas. Se siente con fuerzas aún, porque es medio día. Aunque las piernas ya le están avisando que se tome un respiro. En esos momentos podríamos volvernos gatos, hacernos una siesta por lo menos de 10 minutos para reponer vitalidad. Pero no señores, señoras no somos gatos. Felinos que tienen la facilidad de cerrar los ojos, quedarse planchados y cuando los abren vuelven a ser ellos, como que minutos atrás no hubieran estado durmiendo. 
Que fantástico!!!.